El mejor contrataque está en tu calma

Ars Vitae, Mente positiva

Si te han ofendido, menospreciado, insultado o, en definitiva, atacado, lo peor que puedes hacer es gritar, llorar, entristecerte o vengarte. Todos estos son círculos viciosos que agravan el problema y difícilmente lo solucionan, es más, puede que esas reacciones que surgen en ti las han hecho a propósito para manipularte (por ejemplo, para hacerte verte débil o para que no pienses claramente y tomes una mala decisión). No digo que no sientas cosas negativas, sino que controles que esas cosas que sientes no se lleven la iniciativa a la hora de actuar.

«Whip Marks, Hamar, Ethiopia» by Rod Waddington is licensed under CC BY-SA 2.0.


Si deseas ganar, y por qué no, ganar siempre, cuando no te sientas respetado hazte respetar… y pataleando no servirá, eso lo hace la gente inmadura, pero tú no eres esa gente. Parece lo de la broma de «si estás triste, no estés triste» pero es que es así: si algo malo te sucede, evita que te vuelva a suceder cambiando el origen del problema, evitando desbordarte y perder el control propio para no hacer cosas que agraven todavía más el problema.

Define tus propios límite comunicando calmada y claramente tus términos, explicando que ese tipo de comportamiento lo entiendes por parte de alguien que desea hacerte mal y no de alguien con quien supuestamente has de cooperar (dependiendo de tu caso; personalízalo como quieras).

Si tienes que tomar decisiones difíciles, sopésalas con una tabla de pros y contras mental (o mejor por escrito) y decide lo mejor.

«Llorando» no te entenderán, si explicándoles tampoco se enteran o no quieren cooperar no forman parte de tu equipo.

Sé racional, frena aquello que te perjudica y perdona aquello insignificante.

Acepta que eres un ser humano que tiene accidentes, que puede que no consigas todo a la primera, que tienes unos circuitos mentales que necesitan madurar o afianzarse hasta que tengas el éxito que deseas tener. Sé paciente contigo mismo, con los demás y no permitas que nadie traspase los límites que tienes, porque tanto si te descontrolas como si dejas que traspasen tus fronteras te perderás a ti mismo. Dejarás de ser un ser libre, serás un esclavo.

Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. Proverbios 25:28

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