Comer sano cuando no puedes cocinar

Ars Vitae, Consejos, Nutrición

No todo el mundo puede estar siempre cocinando sano. Algunos de nosotros viajan, otros viven con otros miembros de su familia y cocinar un menú especial no es una opción o simplemente algunos otros no tienen el tiempo necesario. Todos estos inconvenientes no significan que no puedas alimentarte de manera sana.

Empezaremos estableciendo una base que explique que significa comer sano. Hay dos cosas esenciales que debes tener en cuenta:

  • La obtención de los nutrientes necesarios para ayudar a tu cuerpo a que tenga los materiales necesarios para el crecimiento y la manutención propia
  • Evitar la sobrecarga de carbohidratos, azúcar y sal

Seguramente te estés preguntando qué ocurre con las calorías, las vitaminas y las proteínas… éstos son detalles para cuando hablamos de qué cosas hay que tener en cuenta para empezar a comer bien. Por ello, nos centraremos especialmente sobre qué necesitamos para comenzar.

¿Cómo mantener una dieta sana cuando estás viajando y la única comida accesible es la comida basura? ¿Cómo asegurarte de que tu cuerpo recibe lo necesario cuando no tienes tiempo para cocinar o no lo haces debido a que otra persona tiene esta responsabilidad? ¿Cómo obtienes una dieta sana si eres estudiante y tus recursos son limitados o tal vez formas parte de una familia numerosa?

Para responder a todas estas preguntas primero hemos de ver los elementos primordiales. ¿Qué necesita tu cuerpo para mantenerse sano?

¿De qué clase de nutrientes hablamos y cómo pueden ser obtenidos exactamente? Hay dos requisitos fundamentales que cada cuerpo necesita:

  • Combustible
  • Materiales de construcción

Sin lo primero ni siquiera puedes empezar. Sin lo segundo no existiría el crecimiento o el desarrollo y ni siquiera la manutención básica de los músculos y articulaciones sería posible y que además, sufrirían mucho. Para obtenerlos, necesitaremos una dieta que nos proporcione 6 ingredientes clave:

  • Carbohidratos
  • Proteínas
  • Grasas
  • Vitaminas
  • Minerales
  • Agua

El equilibrio del aporte alimentario

Los carbohidratos son necesarios para energía, las proteínas para construir y reparar, las grasas como energía de reserva, las vitaminas y minerales para mantener sanas las funciones del cuerpo y, finalmente, el agua… para mantenerte con vida.

El truco consiste en obtener un equilibrio entre todos estos ingredientes. Cualquier tipo de dieta, incluida la de tipo comida basura, tendrá carbohidratos y grasas. Lo más probable es que también contenga algo de proteínas/aminoácidos.

En vez de obsesionarte con cada ingrediente en parte, mejor concéntrate sobre los siguientes:

Agua. Asegúrate siempre que te hidratas como es correspondiente. Esto no sólo ayudará en general a que tu cuerpo funcione bien sino también en la digestión lo que es muy importante especialmente cuando no consumes alimentos muy sanos. ¡Aprende como beber más agua!

Carbohidratos y Grasas. Si tu dieta es muy rica en carbohidratos (azúcares, pan, pastas y arroz) y además consumes grasas, probablemente tengas que plantearte si no es posible que estés ingiriendo más de lo que consumes. Controla tus porciones de comida consumiendo la mitad del plato (o no comas nada) si no realizas esfuerzo físico durante el día. Los monjes Shaollin comen la comida más pesada del día a la hora del desayuno para obtener la energía necesaria para los entrenamientos de ese día. Sus comidas son más ligeras a medida que se va acercando la noche. Intenta reducir tus porciones de comida de igual manera y observa cómo te funciona según el aporte energético, proporcional con la actividad física e intelectual, que necesites diariamente.

Vitaminas y Minerales. Intenta comer vegetales y frutas cada vez que tengas oportunidad. Repito, no te obsesiones, la ingestión de estos alimentos te proporcionará parte de las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita para su crecimiento y reparación.

Proteínas. Existen más conceptos erróneos sobre las proteínas que sobre cualquier otro de los ingredientes claves para un organismo sano. Lo ideal es comer los alimentos que contienen pocas grasas, y proteínas que sean fáciles de digerir y estén en suficiente cantidad. Pero si no cocinas, no sabes cocinar o tú no controlas tu dieta, entonces come muy variado porque casi todo contiene una u otra clase de proteínas o los materiales necesarios para sintetizarlas. Incluida la ensalada iceberg y el tomate. El informe de la Organización Mundial de la Salud sobre nutrición afirma que los siguientes alimentos son ricos en proteínas: arroz integral, tomate, patata, pimiento verde, maíz, lechuga verde (iceberg), apio, pepino, avena, zanahorias, brócoli y alubias pintas.

Come lo que puedas, cuando puedas

Todo lo mencionado anteriormente te ha proporcionado la idea clave para tu estrategia nutricional: come lo que puedas, únicamente cuando puedas controlar qué y cuánta comida has de ingerir en proporción con la actividad física e intelectual que realizas. La comida «mala» no será un problema porque raramente la consumiremos. En cambio, las cantidades equivocadas sobrecargarán nuestro sistema con calorías que no necesitaremos y las cuales no deberíamos procesar.

Resumiendo, puedes comer casi todo lo que quieras, pero teniendo en cuenta que:

  • Tu dieta ha de ser variada a largo plazo y asegurándote de que no acabas con una dieta tipo comida basura durante meses (por eso, evita cualquier cosa que pudiera desviarte; piensa que un pequeño paso en la dirección equivocada significa una desviación de cientos de kilómetros con respecto a la meta deseada)
  • No debes comer más de lo que necesites para la actividad que realices; mantén tus porciones pequeñas para los días en los que no tengas mucha actividad

A grandes rasgos esto es lo que necesitas para desprenderte de todas aquellas obsesiones que tengas sobre la comida, en especial de las dietas macrobióticas, de las «verdaderas» proteínas (no existe algo así porque las proteínas son sólo proteínas) y de las «mejores dietas para deportistas».