Necesitamos victorias, y algunas por muy pequeñitas que sean cambian drásticamente nuestra motivación y con ello nuestro rumbo. Nuestro rumbo mental, por supuesto, que es de lo que hablaremos hoy.

No desesperes si estás en una situación donde las energías te fallan y no eres capaz de hacer casi nada, son generalmente percepciones que no sabes de qué manera te están afectando esta vez. No te fíes en materia de sentimientos y emociones, obviamente, de tu juicio de la situación. Es como intentar a veces mezclar el aceite y el agua. ¡Imposible! Sobre todo si estos sentimientos bloquean acciones que racionalmente sabes que pueden implicar una mejora en tu existencia.

_{«Steel Wool» by colink. is licensed under CC BY-SA 2.0.}

Dicho de otro modo, si una situación aparentemente es dura y, más todavía porque sientes que tus energías son escasas, te animo a que emplees lo que me voy a inventar ahora mismo como la técnica de la «madeja de lana»: no te desesperes, no te centres en lo que tejerás cuando ya hayas acabado toda la madeja, solamente céntrate en buscar por dónde comienza la madeja. Confórmate con ir un paso a la vez, y más todavía si la situación es cuesta arriba, porque si te centras en un paso a la vez, además de cansarte menos, conseguirás avanzar algo que de otra manera nunca habrías conseguido porque, como bien sabes, muchos trabajos son difíciles sobre todo al comienzo.

Repito mi idea anterior complementándola con nuevos datos, como si de un martillo machacando un clavo pero esta vez con más fuerza se tratara: si te faltan recursos y sabes que debes hacer algo urgentemente, acepta en la situación en la que estás y prométete buscar ese comienzo de la madeja de lana y comienza a tejer porque muchas veces ya tejiendo tu motivación por finalizar y tu disfrute al progresar permitirán un trabajo, que aunque no lo puedas «vender en tu tienda de ropa», al menos abriga del frío. Y ese frío del cual te abrigaste, sí te permitirá hacer ropa de mayor calidad que abriguen y permitan combatir todas y cada de tus debilidades. Sé paciente con el proceso y jamás te detengas.

¡Al menos encuentra la madeja de lana!

Si te han ofendido, menospreciado, insultado o, en definitiva, atacado, lo peor que puedes hacer es gritar, llorar, entristecerte o vengarte. Todos estos son círculos viciosos que agravan el problema y difícilmente lo solucionan, es más, puede que esas reacciones que surgen en ti las han hecho a propósito para manipularte (por ejemplo, para hacerte verte débil o para que no pienses claramente y tomes una mala decisión). No digo que no sientas cosas negativas, sino que controles que esas cosas que sientes no se lleven la iniciativa a la hora de actuar.

_{«Whip Marks, Hamar, Ethiopia» by Rod Waddington is licensed under CC BY-SA 2.0.}

Si deseas ganar, y por qué no, ganar siempre, cuando no te sientas respetado hazte respetar… y pataleando no servirá, eso lo hace la gente inmadura, pero tú no eres esa gente. Parece lo de la broma de «si estás triste, no estés triste» pero es que es así: si algo malo te sucede, evita que te vuelva a suceder cambiando el origen del problema, evitando desbordarte y perder el control propio para no hacer cosas que agraven todavía más el problema.

Define tus propios límite comunicando calmada y claramente tus términos, explicando que ese tipo de comportamiento lo entiendes por parte de alguien que desea hacerte mal y no de alguien con quien supuestamente has de cooperar (dependiendo de tu caso; personalízalo como quieras).

Si tienes que tomar decisiones difíciles, sopésalas con una tabla de pros y contras mental (o mejor por escrito) y decide lo mejor.

«Llorando» no te entenderán, si explicándoles tampoco se enteran o no quieren cooperar no forman parte de tu equipo.

Sé racional, frena aquello que te perjudica y perdona aquello insignificante.

Acepta que eres un ser humano que tiene accidentes, que puede que no consigas todo a la primera, que tienes unos circuitos mentales que necesitan madurar o afianzarse hasta que tengas el éxito que deseas tener. Sé paciente contigo mismo, con los demás y no permitas que nadie traspase los límites que tienes, porque tanto si te descontrolas como si dejas que traspasen tus fronteras te perderás a ti mismo. Dejarás de ser un ser libre, serás un esclavo.

Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. Proverbios 25:28

¿Qué crees que pasaría si todos los días al levantarte pensaras 5 minutos en qué harás hoy?

Concienciar tus actos es la diferencia necesaria para tener un día productivo y, por lo tanto, una vida productiva. No se trata de estar produciendo en serie, sino en conseguir aquellos objetivos que te planteaste.

Posiblemente, hacer una lista después de levantarte pensando en lo que harás ese día, durante la semana y tal vez el mes sea lo que más te ayude en la vida para conseguir tus metas.

Son los mejores 5 minutos invertidos de tu vida.

Así que ya sabes, un pequeño paso, hará que cada vez puedas planificar mejor, accionar mejor, motivarte más y sentir que tu vida tiene gran valor.

Pero eso sí, planifica para la larga. Para el beneficio supremo. Rinde más.